Además de amenazar con imponer sanciones secundarias a las instituciones financieras de China, Washington baraja la posibilidad de sacar a sus empresas de las bolsas. Estas guerras financieras no benefician a EEUU, y más cuando China ha estado manteniendo el crecimiento de la demanda del dólar durante años, señala la experta Chen Fengying.
En el segundo trimestre del 2020 todos los países vendieron bonos de EEUU por un valor de 500.000 millones de dólares, destaca Michael Howell, jefe de la compañía CrossBorder Capital en su artículo para el periódico Financial Times. Y China se deshizo de un tercio de todos estos instrumentos financieros.
Desde su adhesión a la Organización Mundial de Comercio, el gigante asiático ha apoyado la demanda de dólares en el mundo, reduciendo de esta manera el costo de los préstamos para Estados Unidos. A medida que China continúe abandonando los instrumentos financieros denominados en moneda estadounidense, su demanda seguirá cayendo, haciendo que para Washington sea cada vez más difícil y costoso financiar su déficit presupuestario.Algunos funcionarios chinos hablan ahora de la necesidad de deshacerse de la dependencia del dólar lo antes posible y de promover la internacionalización del yuan. Los últimos pasos más bien agresivos de EEUU eran el motivo de su preocupación.
En particular, el Senado del país norteamericano aprobó sanciones por el presunto acoso a los uigures en la Región Autónoma Uigur de Sinkiang y la adopción por parte de China de la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong. Para que estas restricciones entren en vigor, aún deben ser aprobadas por el presidente Donald Trump. Sin embargo, hasta la fecha Trump ha tardado en adoptar más medidas contra China porque temía que las negociaciones comerciales entre los dos países se fueran a pique.
A raíz de la pandemia la economía de EEUU cayó en picado y los políticos estadounidenses parecen estar decididos a jugarse la carta de la presunta amenaza china. Las sanciones contra las instituciones financieras del país asiático pueden ser realmente dolorosas para Pekín. En 2019 el yuan se atribuyó poco más del 19% de los pagos internacionales de China. Hoy en día el dólar y el euro siguen utilizándose para realizar la mayor parte del comercio, recordó a Sputnik Chen Fengying, experta del Instituto de Economía Mundial de la Academia China de Relaciones Internacionales Contemporáneas.»El problema aún mayor es el de las reservas de divisas de China. Se necesita más tiempo y ciertos esfuerzos para que Pekín pueda deshacerse del dólar. Podemos ver que todos los países del mundo que se enfrentan a la hegemonía del dólar tratan de acabar con esta dependencia, pero todavía no hay ninguna alternativa. Lo mismo puede decirse sobre el euro», advirtió, pero agregó que a largo plazo la desdolarización en China debería convertirse en un objetivo y no ser solo un deseo.
A corto plazo, las sanciones contra China pueden perjudicar también a EEUU. Según la OMC, China genera el 13% de las exportaciones y el 11% de las importaciones mundiales. Que el dólar dejara de ser utilizado en sus pagos internacionales podría provocar turbulencias en el sistema financiero de Estados Unidos.
Asimismo, la experiencia de Rusia muestra que, en caso de que se restrinja el acceso al sistema financiero estadounidense, es relativamente fácil pasar a los acuerdos denominados en euros. Como resultado, EEUU simplemente está tratando de reducir la participación de su moneda en los acuerdos internacionales.Hace unos años el dólar se utilizaba para realizar más de la mitad de los acuerdos internacionales, y ahora es la moneda de pagos de sólo cerca del 40% de los tratados comerciales. El estatus del dólar como principal moneda del mundo permitió a EEUU tener un enorme déficit presupuestario durante muchas décadas, pues fue financiado por otros países. Por ello, es muy probable que la amenaza de desencadenar una guerra financiera con China no pase de la retórica, señaló la experta Chen Fengying.
Por ahora, el ambiente inversionista a nivel mundial deja bastante que desear. En muchas regiones, los depósitos han pasado a registrar tasas negativas. Sin embargo, los bonos estadounidenses todavía están en una zona positiva. Por lo tanto, explica Chen, es imposible dejar de invertir en la deuda de EEUU. Sin embargo, debido al impacto de la flexibilización cuantitativa y al enorme déficit presupuestario, los bonos del Tesoro no pueden considerarse como un instrumento muy fiable.
«Se podría decir que todas las manzanas ya están podridas. Pero de entre todas ellas, el dólar sigue siendo bastante fiable. Si otras monedas hubiesen inspirado tanta confianza como la de EEUU, ya estaríamos pagando con ellas. Pero, desafortunadamente, todavía no hay una alternativa. Este es un problema real de la economía mundial», concluyó.