El 90% de todas las mascarillas médicas del mundo se fabrican en China. Debido a la pandemia del coronavirus, el mundo se enfrenta a la falta de estos equipos médicos y los países se ven obligados a usar todos los métodos para asegurar el suministro.
Los conflictos, que agravan una situación ya de por sí tensa, surgen tanto entre países como incluso entre los gobiernos centrales y sus propias regiones, informa el canal francés BFM TV.
La región francesa de Grand Est fletó específicamente un avión separado para traer las mascarillas compradas en China. En las condiciones actuales conseguir un avión no es una cosa fácil, indica Jean Rottner, médico de cuidados intensivos y jefe de la región de Grand Est.
«Tenemos que luchar por esos vuelos casi 24 horas, porque los norteamericanos llegaron al mercado chino, y para que esos aviones despeguen, hay que hacer un esfuerzo», relató.
Se informa que la tarifa de flete se ha triplicado desde que comenzó la crisis, ya que el sector de la aviación casi ha dejado de operar en varios continentes a la vez. Al mismo tiempo, cada vez es más difícil encontrar asientos libres en los compartimentos de carga.
Por otro lado, fletar el avión y ordenar las mascarillas puede resultar en vano, porque algunos países no dudan incluso en comprar mascarillas en los aeropuertos chinos, pagando tres o cuatro veces más en efectivo de lo acordado con los proveedores chinos de las regiones francesas. Esta situación ha sucedido en caso de la Región parisina, según confirmó la presidenta local Valerie Pecresse.
Tales cargos, con el trasfondo de una situación en la que todos intentan proporcionar suficientes máscaras, aumentan la tensión en el mundo, señala el canal. La rivalidad entre los Estados está agravando la situación.
«Es un conflicto global en el que todos los medios parecen ser buenos, porque, en primer lugar, los individuos quieren ganar dinero con todo esto, y las plantas quieren volver a trabajar a expensas de ello, y en segundo lugar, en Occidente algunos países están tratando de conseguir máscaras a cualquier medio», opina Ulisse Gosset, columnista de BFM TV.
De vez en cuando se producen graves conflictos incluso dentro de la Unión Europea. Por ejemplo, a principios de marzo, las autoridades francesas confiscaron cuatro millones de máscaras pertenecientes a una empresa sueca en Lyon.
Por lo general, estas máscaras suecas se entregan a Europa a través de Marsella, luego se trasladan a Lyon para su almacenamiento temporal, donde la empresa tiene un centro logístico de distribución, y desde allí van a Italia y España, comentó Axel Gylden, periodista de L’Express.
La compañía sueca tuvo que luchar durante dos semanas para obtener el permiso para entregar las máscaras y por fin fue capaz de rescatar solo la mitad de la carga. La otra mitad fue confiscada por Francia, porque «las necesita también«, concluye el medio.