Mandatario paseó por la Plaza de la Dignidad y posó, provocativamente, a los pies del monumento a Baquedano, lugar emblemático de la protesta social donde se reunieron cientos de miles de personas.
SANTIAGO – Era lo único que faltaba. En una actitud desafiante, provocadora, fuera de libreto, impropia de un jefe de Estado, Sebastián Piñera decidió, este viernes, bajarse de la camioneta presidencial y caminar, junto a varios de sus escoltas armados, en plena Plaza de la Dignidad (antes Plaza Baquedano) y hasta posar para una foto a los pies del monumento levantado ahí.
Se paró sonriente, luego se sentó, hizo pocos comentarios, en un lugar emblemático de la protesta social donde se reunieron cientos de miles de personas para demandar derechos y, entre otras cosas, pedir la renuncia, precisamente, de Piñera, y criticar las políticas de su gobierno.
El presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, reaccionó de inmediato al ver a imagen y dijo que se trató de una “inexplicable provocación y burla a millones” de personas que participaron en la movilización social y ciudadana.
Cuando el mandatario caminaba por el sector, alrededor había unidades del Ejército custodiando. Gente desde edificios aledaños le gritó insultos y consignas en su contra.
En redes sociales arreciaron las críticas al Presidente y se cuestionó que, aprovechando la cuarentena obligatoria en las comunas de Providencia y Santiago, “haya ido a ensuciar” la emblemática Plaza de la Dignidad.
Algunos medios de prensa citaron fuentes de La Moneda, diciendo que la actitud de Piñera habría sido sin planificación y espontánea.
A estas alturas ya se está convirtiendo en otro error comunicacional, al menos de alta polémica y que en horas de la noche del viernes estaba causando un enojo masivo.