El especialista en semiótica, Richard Danta, define al meme como un elemento —imagen, video o mensaje— que es tomado por alguien, sacado de su contexto y vuelto a poner en circulación con un nuevo significado, con el objetivo de ser viralizado. Pero ¿qué dicen los memes sobre nuestra sociedad? ¿cuál es su verdadero propósito?
La palabra meme proviene del término griego minema y significa «algo que es imitado». Esta expresión fue adoptada por el divulgador científico británico Richard Dawkins en 1976 para explicar cómo se difunde la información cultural. Para él los memes eran a la cultura lo que los genes a la vida biológica.
Pero estos adquieren un nuevo significado con el surgimiento de Internet. Al principio, se desarrollaron en plataformas como MySpace y Vine, y hoy los vemos circulando por Facebook, Instagram y Twitter.
«Al meme se lo entiende como un fenómeno de descontextualización y recontextualización donde se vacía a un mensaje de algunos significados originales y se lo carga de otros nuevos, con la expectativa de ser atractivo para todo internauta que se tope con él, y que a su vez lo reproduzca», señaló Richard Danta, profesor de semiótica en la Universidad Católica del Uruguay.
Aclaró que el humor es un elemento clave para que esta viralización se dé en forma espontánea, pero no excluyente. A pesar de que en un principio tenían un objetivo humorístico, luego se empezaron a diversificar hacia otras áreas como la publicidad y la política.
Por último, contó que los investigadores están divididos entre los que piensan que el meme es una forma de resistencia cultural espontánea, al usar el humor para «burlarse de algo serio», y los que creen que esto es «leer en el fenómeno más de lo que hay» y que no es muy diferente a lo que es el chisme en la vida real.
«Mientras el chisme se presenta como algo veraz, cuando no lo es, el meme siempre se manifiesta como algo no verdadero. Pero, si bien esta es una diferencia, todos los otros mecanismos del chisme como la viralización, la reiteración y el perder el orígen de su autoría, son los mismos», concluyó el semiólogo uruguayo.