La primera Navidad en América y lo espeluznante que vino después

Con la llegada de Cristóbal Colón al continente americano, también llegaron las tradiciones europeas. Los registros que hay sobre las primeras fiestas navideñas son espeluznantes. Entérate de qué pasó en la Navidad de 1492 y durante 1493.

Durante los primeros días de diciembre de 1492 Colón desembarcó en Haití. Llegó a la isla que bautizó como La Española con un barco menos; la Santa María había quedado varada en un banco de arena. Colón sabía que, para continuar la travesía, debía evacuar la nave hacia La Niña, la única embarcación disponible, si querían regresar a Europa.

Durante el día de la Nochebuena Colón fue recibido por Guacanagari, el jefe local de la comunidad indígena que vivía en la zona, con trajes de lana con bellos adornos, una máscara de oro y cestas de comida y otros regalos. «El navegante al servicio de los Reyes Católicos vio en la generosidad de Guacanagari una señal divina», escribió en ABC César Cervera, periodista especialista en Historia.

Colón decidió así instalar el primer asentamiento europeo en América, ya que en la Niña no había lugar para todos los tripulantes de la Santa María. 39 hombres se quedaron en Haití en un asentamiento que llamaron La Navidad, por la fecha del naufragio. El 2 de enero Colón se echó a la mar.

© CC0 / FONDO ANTIGUO DE LA BIBLIOTECA DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA / CONSTRUCCIÓN DE LA FORTALEZA DE LA NAVIDAD
Fortaleza de La Navidad, construida por la tripulación de Colón entre 1492 y 1493

Según consigna Cervera, en Haití se quedaron el escribano Rodrigo de Escobedo, un carpintero, un hombre con conocimientos de medicina, un ingeniero, un sastre y varios marinos.

Seis meses después la reina Isabel dispuso un segundo viaje, esta vez formada por 17 barcos y cientos de personas. Cuando Colón llegó a La Navidad descubrieron que los 39 españoles habían sido asesinados, probablemente solo un mes antes.

«Lo primero que encontraron fue dos cadáveres irreconocibles, con una soga de esparto al cuello. No fue hasta que hallaron dos barbudos crucificados que comprendieron que se trataba de europeos. En total, dieron con una docena de cadáveres apiñados por los nativos para que se pudrieran al sol. A todos les habían sacado los ojos, se cree que para comérselos, y habían incendiado la aldea. No todos los cadáveres aparecieron», relató Cervera.

Cuando Colón interrogó a Guacanagari sobre lo ocurrido, el cacique evitó contestar a las preguntas y se llevó varias veces las manos a una herida en la pierna. Sin embargo, no sería hasta mucho tiempo después, con el análisis de los textos que escribió el hijo de Colón, Fernando, que nos enteraríamos que los 39 españoles robaron comida a los indios y esclavizaron a las mujeres de la comunidad. En Navidad los españoles despertaron la ira indígena y desataron el terror.