Archipiélago chileno implementará las mejores prácticas públicas y privadas que la isla ecuatoriana Galápagos lleva a cabo con éxito en los últimos 40 años.
En un hecho sin precedentes en materia ambiental, la embajada de Ecuador en representación del Consejo de Gobierno de Galápagos y la municipalidad de Juan Fernández firmaron un convenio marco de cooperación mutua que implicará potenciar el desarrollo sustentable tanto de la isla chilena como la de Galápagos.
Durante la ceremonia, el embajador del Ecuador, Homero Arellano, resaltó el alcance del acuerdo que se respalda en la trayectoria de cuatro décadas de la isla ecuatoriana en lo que respecta a protección del patrimonio natural.
“Este es un acuerdo marco muy potente, y con un tiempo indefinido de generar un programa de cooperación en términos de preservar el patrimonio de ambas islas. Se trata de lograr un turismo equilibrado con la naturaleza, establecer procedimientos de carga humana y apoyar las políticas públicas con la experiencia de 40 años como patrimonio natural de nuestras islas Galápagos y de su hermoso ecosistema y así poder apoyar el desarrollo del archipiélago de Juan Fernández”, explicó la autoridad diplomática.
Según el embajador, los equipos técnicos de ambas islas trabajarán de manera conjunta en experiencias con desafíos complementarios, esto es, energías fotovoltaicas, estudios de carga humana y desarrollo turístico sustentable, así como en la organización y reglamentación para el parque marino que puede servir de modelo a Juan Fernández.
Además de remarcar que esta iniciativa “nació desde la tenacidad del alcalde y del senador Pugh”, Arellano fue más allá y se preguntó “por qué no soñar que Juan Fernández y Galápagos logren juntos fondos internacionales para el desarrollo sustentable en estos territorios insulares”.
Retos legislativos
Precisamente, el impulsor de esta cooperación, el senador por la región de Valparaíso, Kenneth Pugh, puntualizó la necesidad de seguir avanzando en leyes especiales para este tipo de territorios cuyas características geográficas son diferentes a otras zonas del continente, como es el tema de regular el flujo migratorio de la isla como sí sucede en Rapa Nui con la ley 21.070, ya que cualquier superávit de población puede ocasionar un grave desequilibrio.
Además, como el 65% de la población de Juan Fernández depende del mar y un 35% del turismo la idea es darle una alta importancia a la gestión integral del parque marino “Mar de Juan Fernández de 226.000 k2 y al gran parque nacional que es el archipiélago de Juan Fernández, explicó el legislador independiente pro RN.
“En octubre de este año, la SUBDERE licitó y adjudicó a la empresa Casablanca Ltda. el contrato para desarrollar el modelo de carga demográfica que determine el nivel máximo de personas que puede vivir en el archipiélago. Ellos partieron este mes trabajando un modelo que será evaluado durante el 2020, de tal manera de conocer el próximo año todos los insumos necesarios para armar un estatuto especial”, explicó.
Así, el 2021 terminaría el proceso, con una ley que entre en vigencia ese mismo año a través de la cual el Estado determine cuántos recursos debe ser capaz de aportar para balancear este modelo y permitir que este frágil ecosistema pueda sobrevivir por el tiempo que sea necesario, agregó el senador.
Economía circular
En tanto, el alcalde de Juan Fernández, Leopoldo González, recordó que la isla ya se encuentra trabajando en un crecimiento económico amigable con su entorno, apuntando a la experiencia con pescadores y operadores turísticos.
“Hace tiempo que ya estamos trabajando en asuntos de sustentabilidad. Hemos creado una oficina de Medio Ambiente, lo cual es un tremendo avance ya que concientiza a la gente en la isla. Usamos la sustentabilidad para la pesca artesanal y deportiva, además del turismo sustentable. Además, no aceptamos que se entreguen bolsas de plástico en Juan Fernández. Queremos que los habitantes tomen conciencia de la importancia del tema medioambiental”, graficó.
En esa línea, el edil de RN indicó que están enviando de vuelta toda la chatarra y electrodomésticos que no se ocupen, para enviarlo al continente.
“Hemos enviado cerca de 17 toneladas de chatarra. Queremos que en la isla no exista ningún tipo de residuos. Además, estamos implementando paneles solares en nuestros edificios para ocupar energía renovable y a su vez pensando en la energía mareomotriz para el futuro. Tenemos que tomar conciencia que el mundo está cambiando y qué mejor que partir en la isla. Con la energía fotovoltaica comenzaremos el próximo año con el edificio Consistorial y nuestro colegio”, cerró.
