Las explosiones de rayos gamma fueron detectadas por los telescopios ubicados en las islas Canarias (España). Los astrónomos aseguran que se trata de la luz más potente jamás registrada en la historia.
Los estallidos cósmicos de rayos gamma —GRB por sus siglas en inglés— son muy potentes y repentinos, por lo que la comunidad científica cree que serían el resultado de la fusión o del colapso de estrellas de neutrones o explosiones de supernovas que colapsan en agujeros negros.
«Los estallidos de rayos gamma son las explosiones más poderosas que se conocen en el universo y típicamente liberan más energía en unos pocos segundos que nuestro Sol durante toda su vida», apuntó el especialista en rayos gamma David Berge.
https://youtu.be/0SNwy7rl1O8?t=83
El fenómeno cósmico fue registrado por los telescopios Cherenkov de imágenes de rayos gamma atmosféricos (MAGIC) ubicados en la isla de La Palma. El anuncio del descubrimiento también fue publicado en dos artículos independientes en la revista Nature donde participaron más de 300 científicos.
Las imágenes de esta última explosión de rayos gamma registró entre 0,2 y un voltio de teraelectrones (TeV) que equivalen a la energía liberada por las colisiones de protones en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el acelerador de partículas más poderoso del planeta. Mientras que la radiación fue un billón de veces más intensa que la luz visible, lo que hace a los rayos gamma 190114C la fuente más potente y brillante conocida de fotones de TeV en el universo.
Pasaron décadas desde que se registró por primera vez una explosión de rayos gamma, pero las características fundamentales de este fenómeno cósmico aún no fueron estudiadas en su totalidad.
El primer estallido cósmico fue registrado en julio del 2018 y el segundo fue detectado en enero del 2019 produciendo una luz de aproximadamente 100.000 millones de veces más intensa y visible de lo que pueden soportar los ojos humanos.
Aunque las explosiones de rayos gamma duran pocos segundos, su resplandor puede observarse en algunos telescopios durante varios minutos. Si se emplean radiotelescopios, el fenómeno se puede observar durante meses y hasta años.