En la nortina ciudad de Arica Hijos de Ticnamar apuestan por rescatar la cueca nortina

Gracias al Fondo de Fortalecimiento de las Organizaciones de Interés Público 2019 (FFOIP) del Ministerio Secretaría General de Gobierno, más de 20 personas de la Asociación Indígena Hijos de Ticnamar resurgieron sus raíces a través de la cueca nortina. Los talleres que desarrolló la agrupación tuvieron tanto de teoría como de práctica. Los asistentes además de empaparse de su cultura y tradiciones a través de conversatorios con expertos en la materia, contaron con lecciones de danza, donde algunos por primera vez se movían al ritmo de esta melodía.  

Bailada en la precordillera, esta vez quiso ser bajada desde las alturas por hijos y nietos descendientes del pueblo de Ticnamar. «Muchos de los integrantes de nuestra agrupación no sabían bailar la cueca nortina, por eso a nosotros nos pareció interesante hacer un taller que rescatara nuestro baile andino, para que no se pierdan nuestras tradiciones», explicó la presidenta de la organización, Victoria Ajata Lázaro, quien también destacó la participación de adultos mayores en el taller.

La asociación a través de su proyecto de pertinencia regional y local, por vez primera se adjudicó un fondo del Estado, ante lo cual el Seremi de Gobierno, Víctor Mardones Bernal, señaló: «Como Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, es una gran satisfacción poder apoyar este tipo de iniciativas que se preocupan de preservar las tradiciones, como lo es la cueca nortina. Estamos gratamente sorprendidos por esta gran labor que realizan para mantener viva la cultura del extremo norte del país».

Esta danza es propia del norte de Chile y es una de las variantes de la cueca tradicional. Se caracteriza por incorporar las tradiciones del altiplano chileno, como los instrumentos musicales (trompetas, tubas, bombo, zampoña, entre otros) y vestimenta (similar a la utilizado en bailes aymaras y quechua) al baile nacional. La música es instrumental, no tiene letras, y la danza es de pasos lentos y valseados, a diferencia de la cueca tradicional que mezcla zapateos y saltos.