LA PAZ – El líder cívico opositor boliviano, Luis Fernando Camacho, llegó a La Paz bajo fuerte protección policial, y al cabo de una jornada de extrema violencia política, para tratar de reunirse con el presidente Evo Morales y pedirle que renuncie.
por Socio Informativo – Agencia de Noticias Sputnik
«Vamos a retornar (a Santa Cruz) con victoria», dijo Camacho a la red de televisión Unitel en el aeropuerto de El Alto, que sirve a La Paz, donde fue recibido por la policía.
Pero el líder del Comité Cívico de Santa Cruz no pudo cumplir su objetivo de entregar de inmediato a Morales una carta de renuncia, que pretende sea firmada por el Presidente, porque la caravana policial que lo recogió del aeropuerto lo llevó directamente a un hotel, según anunció un portavoz gubernamental.
El portavoz, que hizo el anuncio en la calle a decenas de periodistas que esperaban a Camacho, no precisó dónde estaba Morales ni en qué momento el líder opositor se presentaría en la Casa Grande del Pueblo, sede presidencial.
La operación de seguridad fue mucho más grande que otra ejecutada el día anterior, cuando manifestantes oficialistas bloquearon a Camacho por casi 10 horas en el mismo aeropuerto hasta forzar su retorno a Santa Cruz en un avión militar.
La caravana policial que recogió al dirigente cívico salió de la terminal aérea por una vía de emergencia, eludiendo a centenares de manifestantes opositores y oficialistas que esperaban fuera.
Casi dos horas después de la llegada del opositor a El Alto, la policía todavía trataba de dispersar con gases lacrimógenos a manifestantes pro y anti Camacho que se habían congregado desde el mediodía en las afueras del aeropuerto alteño.
El líder cruceño llegó acompañado por el expresidente derechista Jorge Quiroga y en la terminal también lo esperó otro expresidente, el candidato opositor Carlos Mesa, quien no pudo saludarlo porque, según dijo posteriormente, no se lo permitió la operación policial.
La violencia del miércoles en Bolivia dejó más de 60 heridos, algunos de gravedad, en enfrentamientos entre opositores y oficialistas en el departamento central de Cochabamba.
Esos enfrentamientos derivaron en la quema de la sede del gobierno municipal del pueblo de Vinto y un ultraje a la alcaldesa oficialista del lugar, quien fue sacada a la fuerza de su oficina, obligada a caminar descalza y bañada en tinta antes de sufrir el corte de su cabello, según mostraron reportes de televisión.
La violencia en Vinto siguió a una masiva manifestación de mujeres en respaldo a Evo.
La actual convulsión en Bolivia arrancó al día siguiente de las elecciones del 20 de octubre, ganadas por Morales, al denunciar la oposición un supuesto fraude en favor del presidente-candidato.
Los paros, bloqueos de calles y otras protestas opositoras buscan ahora la renuncia del Presidente y el llamado a nuevas elecciones.
El Gobierno, en cambio, plantea esperar el informe de una auditoría al proceso electoral que realiza la Organización de Estados Americanos.