«El cambio de sede del Gobierno en Ecuador muestra que Moreno peligra en su cargo»

La decisión del presidente de Ecuador, Lenín Moreno, de mudar la sede del Gobierno de Quito a Guayaquil (oeste) demuestra que peligra en su cargo, ya que no puede hacer frente a las protestas, dijo el director de la red de expertos del Centro Andino de Estudios Estratégicos, Mario Ramos.

por Socio Informativo
Agencia de Noticias Sputnik

«Este cambio de sede muestra que Moreno peligra en su cargo (…) Moreno para mí ya está caído, es cuestión de pocos días, no creo que pase de esta semana», dijo el economista.

Moreno informó el 7 de octubre que la sede de su Gobierno estará temporalmente en Guayaquil, en medio de fuertes protestas en la capital Quito contra las medidas económicas que anunció la semana pasada, el denominado «paquetazo», que incluyen la eliminación de los subsidios al combustible.

«Al trasladar la sede de Gobierno a Guayaquil, lo que trata hacer Moreno es quitarle ese símbolo a los manifestantes, porque en los anteriores tres derrocamientos a presidentes, ellos decidieron quedarse en el palacio de Gobierno y luego tuvieron que irse en helicóptero», sostuvo Ramos.

Moreno realizó una «buena jugada política», para tratar de dejar sin efecto a las grandes manifestaciones que ocurren en Quito y buscando no seguir el mismo patrón que los gobiernos derrocados, explicó el analista.

«Pero yo no sé si eso le va a resultar porque la presión, a pesar de que este cambio de sede, va a ser muy fuerte en la capital y en todo el país; además, el que gobierna no es él, sino la derecha bancaria, oligárquica, que se concentra en Guayaquil; el poder real está allí y él no hace más que cumplir esas órdenes», agregó.

El objetivo de los «poderes reales», que son los «grandes empresarios», es que las medidas económicas impulsadas por el Gobierno se consoliden porque eso los beneficia, dijo Ramos.

«Si, para que las medidas se consoliden, los grandes empresarios tienen que pedirle la renuncia a Moreno, lo van a hacer, como un tubo de escape para bajar el nivel de conmoción social; para ellos no es negocio que una persona que tiene menos del 7% de popularidad sea presidente», reflexionó.

El 3 de octubre, Moreno impuso el estado de excepción ante la huelga en el transporte público, que impedía la libre movilidad de la población, y para desactivar actos de grupos «violentos» que, dijo, estaban plenamente identificados.

El mandatario aseguró que no dará marcha atrás con las medidas «porque lo correcto no tiene matices».