Por Alejandra Parra Muñoz / “Incineración o Basura Cero: la bifurcación que marcará el futuro ambiental de La Araucanía”

WTE Araucanía, es un proyecto para incinerar la basura de Temuco en una incineradora en Lautaro. Las incineradoras de basura (o residuos sólidos domésticos) son como una termoeléctrica pero cuyo combustible es la basura. Producto de la incineración de la basura se genera una pequeña cantidad de electricidad que va al sistema interconectado central, pero lo más importante es que se generan emisiones tóxicas a la atmósfera, y grandes cantidades de ceniza tóxica.

por Alejandra Parra Muñoz
Máster en Planificación – University of Otago – Nueva Zelanda
Bióloga en Gestión de Recursos Naturales – Red de Acción por los Derechos Ambientales RADA

Dentro de las emisiones a la atmósfera se encuentran compuestos que generan cáncer y otras enfermedades. Los compuestos más peligrosos son las dioxinas y los metales pesados. Tanto las dioxinas como los metales pesados salen en forma de pequeñísimas partículas, tan pequeñas que al respirarlas pueden traspasar los pulmones y llegar al torrente sanguíneo, desde donde pueden llegar a cualquier órgano del cuerpo, incluyendo el cerebro, el corazón, los riñones, el hígado, los órganos reproductores, y el feto en el caso de mujeres embarazadas.

La contaminación emitida por una incineradora también se puede ingerir a trasvés de los alimentos contaminados con las emisiones de la incineradora, y que han caído al pasto y al agua que luego comen y beben los animales que luego los seres humanos nos comemos, aumentando la concentración de los contaminantes a medida que se sube en la cadena alimenticia, siendo los lactantes humanos (las guaguas que toman leche materna) quienes terminan recibiendo la dosis más alta de contaminantes.

Basura Cero es una idea vanguardista, que no busca la mejor técnica para esconder la basura, sino que busca todas las formas posibles para dejar de producirla. Dejar de producir basura significa cambiar la relación tóxica que hoy tenemos con el planeta, por una saludable donde los humanos avancemos de regreso a formas de vida en las que la naturaleza se usa para resolver las necesidades reales de la existencia, y no para alimentar un sistema económico injusto, contaminante y esclavizante de personas, comunidades, animales, plantas, y en fin, de todo el planeta.

Aunque puede sonar como algo utópico (y que de hecho lo es), Basura Cero tiene un carácter idealista pero también un lado muy práctico. Cientos de ciudades ya han implementado esta idea a través de planes estratégicos que les han permitido avanzar a pasos agigantados hacia la meta ideal de la cero disposición final de basura: desde Cappannori, la primera ciudad en Europa en implementar la estrategia Basura Cero, Hernani, ciudad del País Vasco cuyo alcalde nos visitó en Temuco el año 2016 en el 1er Seminario Internacional Basura Cero”, Bovornica en Eslovenia, Targu Lapus en Rumania, hasta San Francisco en Estados Unidos. Zero Waste Europe (Basura Cero Europa [1] calculó en el 2015 que existen 302 municipalidades y cerca de 7 millones de personas en Europa que están utilizando sistemas Basura Cero. Los casos más exitosos han logrado reducir la generación de basura hasta a 50kg por persona al año, con una recuperación de hasta el 84% de residuos que en lugar de ir a relleno sanitario o incineradora, van a reciclaje o compostaje, transformándose en materia prima para nuevas actividades. Esto significa que se devuelven los nutrientes al suelo reduciendo el uso de agrotóxicos en la producción de alimentos, significa que se talan menos árboles y se minan menos suelos para extraer pulpa y minerales respectivamente, y se sacrifican menos animales (cuando se reduce el desperdicio de comida), se emiten menos gases de efecto invernadero, se usa menos energía, y en fin, la vida humana se hace más sustentable. Este avance agigantado se logra con una simple medida: recolección diferenciada puerta a puerta de los residuos según tipo de materiales: un día los compostables, otro día los reciclables, otro día lo que realmente es basura. Por supuesto, esta simple medida debe ser precedida de un programa de educación y sensibilización a la ciudadanía, para que se sume al esfuerzo de manera voluntaria. A esta simple medida se le agregan posteriores medidas más complejas de desincentivo a la generación de basura, como “paga por lo que botas”, o derechamente prohibición de algunos productos desechables y que son totalmente innecesarios (pensemos en todos los artículos usados en las cadenas de comida rápida, donde además de vendernos “comida basura”, nos la envuelven en vasos desechables con bombillas desechables, platos desechables y cubiertos desechables).

Incineración v/s Basura Cero, es como decir “seguimos destruyendo el planeta o comenzamos a repararlo”. Para los tiempos que hoy corren la respuesta debería estar clara y generalizada, pero increíblemente no es así. Hoy se encuentra en evaluación ambiental el proyecto WTE Araucanía [2] (para la instalación de una incineradora de residuos) de la empresa WTE Araucanía Spa, que ya tiene un contrato firmado con la Municipalidad de Temuco. En el proceso de participación ciudadana desarrollado el 2017, se generaron más de 3.400 observaciones ciudadanas y cientos de observaciones de los servicios públicos en contra del proyecto. La evaluación de este proyecto estuvo suspendida desde el 15 de septiembre de 2017 hasta el 19 de agosto de 2019, fecha en la que la empresa entregó la primera ADENDA. En la ADENDA la empresa da cuenta de cambios sustanciales al proyecto en su versión original, razón por la cual será sometido a nueva participación ciudadana, esta vez con un corto plazo de 30 días. Lamentablemente este proceso solo tiene relación con lo técnico del proyecto, y no con lo político: ¿por qué la decisión de cómo gestionar los residuos de la capital de la región de La Araucanía, pasa por un acuerdo entre un privado y el alcalde? La ciudadanía de Temuco debería tener la oportunidad de dialogar sobre este tema, informarse de las opciones y decidir de manera democrática si queremos seguir contaminando el futuro de nuestras hijas e hijos con nuestra basura, o usaremos esos seis mil millones de pesos en desarrollar procesos de educación, concientización, separación en origen y recolección diferenciada puerta a puerta, para avanzar hacia resolver la catástrofe ambiental que hoy enfrentamos y en la que vivirán las futuras generaciones si hoy no hacemos nada al respecto.

[1] https://zerowasteeurope.eu

[2] http://seia.sea.gob.cl/expediente/ficha/fichaPrincipal.php?modo=normal&id_expediente=2132461510