Subir al bus sin pagar: «una peligrosa costumbre que genera pérdidas millonarias en Bogotá»

BOGOTÁ – Casi 300.000 personas se cuelan cada día en los viajes del Transmilenio, uno de los sistemas de transporte más utilizados por los habitantes de Bogotá, de acuerdo con un estudio elaborado por la Universidad Nacional de Colombia y difundido en los últimos días por la propia empresa.

por Socio Informativo
Agencia de Noticias Sputnik

Preocupada por la gran cantidad de pasajeros que evitaban pagar el boleto, la empresa encomendó a la universidad estatal colombiana la realización de un relevamiento de la situación en 40 estaciones del sistema.

Al tratarse de un sistema ‘BTR’ (Bus de Tránsito Rápido), los pasajeros acceden a los coches a través de plataformas cuyo ingreso es controlado por molinetes o ‘torniquetes’, como se les conoce en la capital colombiana. Precisamente, muchos pasajeros logran saltar o evadir estos puestos para tomar el servicio sin pagar.

El relevamiento incluyó entonces la colocación de cámaras de video en las 40 estaciones seleccionadas. Así, se registró lo que sucedió las 24 horas del día durante 10 días consecutivos.

En rueda de prensa, el director de la investigación, Jose Felix Vega Stavro, explicó que las cámaras controlaron tanto los molinetes como las puertas laterales y las barreras de acceso, puntos donde los pasajeros también suelen colarse.

Las cámaras obtuvieron un total de 45.000 horas de grabación. «A partir de eso se tomó una muestra más pequeña de 15.000 horas. Ese vídeo se procesó y se pudo determinar cuánta gente dejaba de pagar el pasaje cada día», detalló el responsable del proyecto.

Finalmente, el estudio arrojó que el 15,36% de los pasajeros no paga el boleto cada día. Teniendo en cuenta que Transmilenio transporta a aproximadamente 2,5 de bogotanos por jornada, la empresa estimó en cerca de 300.000 los pasajeros en infracción.

La investigación también revela que el 15% de colados se conforma por un 10%  de personas que ingresan «saltando los torniquetes» y un 5% de pasajeros que se cuelan a través de «lugares no autorizados» como las puertas de embarque. Esta modalidad, de mucho mayor riesgo para el pasajero, incluso ha provocado la muerte de personas.

La evasión se produce mayormente los días sábados, domingos y festivos, y generalmente fuera de las horas pico.

El problema de la evasión persiste a pesar de los 234 guardias de seguridad (62 de ellos con perros) destinados a controlar la evasión y las 12.725 multas aplicadas. En 2018, además, la empresa colocó barreras perimetrales en 38 estaciones para que las personas no se cuelen por las puertas de embarque. Asimismo, comenzó la colocación de barreras de acceso ‘piso-techo’ en las estaciones que conectan con el servicio de teleféricos inaugurado en Bogotá sobre fines de 2018.

Transmilenio también apostó al trabajo de ‘mediadores sociales’, término con el que se denomina a funcionarios apostados en algunas terminales para «prevenir, mitigar y contener los conflictos generados en la cotidianeidad del uso del sistema».

En efecto, la empresa seleccionó a 258 mediadores sociales y 72 auxiliares en pedagogía para trabajar en 28 «puntos prioritarios» del sistema. Los especialistas trabajan en equipos de cuatro, con un ‘mediador líder’ y tres asistentes.

La preocupación por mitigar la evasión no parece exagerada si se tiene en cuenta que el fenómeno significa a la empresa una pérdida de 222.000 millones de pesos (unos 67 millones de dólares) por año, de acuerdo con sus estimaciones.