Desde 2013, Naciones Unidas convocó a los Gobiernos, empresas y personas a celebrar el Día Internacional de la Felicidad, pero el panorama en algunos países de América Latina hace pensar que este sentimiento es una asignatura pendiente en la región. Esto lleva a plantearse una pregunta: ¿es imposible ser feliz en tiempos de crisis?
por Socio informativo
Agencia de Noticias Sputnik
La psicóloga uruguaya Mariana Álvez, directora del Centro de Psicología Positiva, conversó con Sputnik sobre los retos que conlleva ser feliz hoy día y cómo podemos alcanzar la felicidad, más allá de una difícil situación financiera, una pérdida o una ruptura.
Desde la psicología positiva, Álvez explicó cómo la felicidad requiere de un gran esfuerzo psíquico por parte de la persona. Es, como bien se dice, una actitud ante la vida que asumimos cada mañana, pero para pensar en ser feliz hay que tener al menos las necesidades básicas cubiertas.
«Es muy difícil ser feliz sin casa, sin trabajo, sin vínculos —explicó la psicóloga— aunque siempre existen casos excepcionales de personas que han logrado salir adelante a pesar de la pobreza más grande. Pero esto tiene que ver con el nivel de resiliencia de cada cual».
Sin embargo, la experta aseguró que hay culturas que pueden ser más felices que otras a pesar de la pobreza o de las crisis. Y esto puede estar respaldado por un alto sentido de comunidad.
«He visto que en lugares humildes, cuando existe un fuerte sentido de comunidad, las personas son más felices porque las relaciones positivas son uno de los pilares de la felicidad», comentó.
Además, según Alvez muchos investigadores apuntan a que la mejor forma de ser feliz es estar rodeados de personas que te hagan sentir bien. «Los buenos vínculos nos dotan de un sostén emocional tan fuerte que somos más felices cuando contamos con este tipo de compañía», aseveró.
Un cerebro que no ayuda
El cerebro humano puede ser también uno de los obstáculos más importantes que enfrentamos día a día en la búsqueda de la felicidad. La psicóloga uruguaya explicó cómo nuestro cerebro «está diseñado para ser pesimista» porque responde a la supervivencia.
«Por ejemplo, cuando nos sucede algo malo como una quemadura, la mordida de un perro o un pinchazo, el cerebro lo recuerda con mucha intensidad, porque está intentando protegernos para que esto no ocurra en el futuro. Entonces lo negativo responde a esta necesidad de sobrevivir y queda grabado a fuego», argumentó la experta.
Por otra parte las cosas lindas que vivimos no quedan guardadas con la misma intensidad porque el cerebro no capta demasiado lo bueno y tiende a ser más efímero. «Uno tiene que hacer un esfuerzo consciente para retenerlas, incluso hay ejercicios estudiados como el saboreo que pueden ayudar a retener sensaciones y experiencias», dijo Álvez.
Y esto explica lo rápido que nos acostumbramos a las cosas buenas, que la experta reconoce como «adaptación hedonista». «Por ejemplo, si una persona tiene un ascenso en el trabajo y comienza a ganar mejor, al tiempo su nivel de felicidad va a ser el mismo de antes del ascenso», afirmó.
«Por ello es importante focalizarnos en ese esfuerzo constante de estar agradecidos por todo lo bueno que tenemos para que no se conviertan en derechos adquiridos, ya que naturalmente tendemos a desvalorizar lo bueno», sostuvo la psicóloga.
Felices para siempre
La experta en psicología positiva explicó a Sputnik cómo la felicidad es habitualmente confundida con emociones como el amor y la alegría, lo que nos hace sentir una intermitencia en este aspecto.
La diferencia está en que las emociones positivas son breves, aunque renovables. Tal es el caso del amor que puede ser muy intenso al principio y para mantenerlo es preciso renovarlo constantemente, ya sea con trucos para volver a sentirse conectado, revalorizar la historia de la pareja, etcétera.
«Por su parte la felicidad sí es sostenible y tiene que ver con cómo nos sentimos, cómo actuamos, cómo pensamos, las emociones positivas que puedo generar, los logros que puedo alcanzar y está conectada con el bienestar, con la paz interior y encontrarle sentido a nuestra vida», aseguró Alvez.
Además mencionó que la felicidad es un proceso constante, una elección del día a día y para poder llegar a ella existen muchas técnicas. «Es cierto que hay que hacer un esfuerzo para poder ser feliz, pero uno tiene que luchar por su optimismo y esto es algo que también se aprende», exhortó la experta.
Claves para ser feliz
Desde la psicología positiva se recopilan técnicas para llevar una vida más plena y más feliz. Por ejemplo, en la teoría del bienestar se habla de cinco pilares que nos llevan a este estado sostenido y pleno.
Emociones positivas: Tener alegría, poder conectar con amor, lograr serenidad, momentos de paz, poder perdonar y sacar aquellas emociones negativas, suele ser un buen comienzo. También es importante despertar nuestra curiosidad por el mundo que nos rodea y mantener la capacidad de asombro suelen ser emociones que ayudan al bienestar. Según Alvez, esta suele ser la vía más sencilla, la más corta.
Desafíos: Hacer actividades que pongan en juego nuestros talentos y capacidades se conoce como ‘flow’, y una persona está en este punto cuando logra conectar con actividades donde el tiempo pasa volando, porque dedicamos toda la atención, la memoria y la creatividad a ello.
«Incluso a veces durante el proceso puede ser que no estemos sintiéndonos felices pero sí en el resultado, y es aplicable a hacer deportes», explicó la psicóloga.
Relaciones positivas: Para ser felices son importantes los vínculos que logramos mantener con personas sanas, que no nos tiren abajo con sus comentarios, que nos apoyen en las cosas que queremos, que sean honestas y que nos permitan crecer en el amplio sentido de la palabra.
Propósitos: También son importantes los propósitos, sobre todo el propósito que le damos a nuestra vida que suele estar conectado con algo más profundo como las creencias, las causas que nos interesan que nos hacen sentir parte de una gran comunidad.
Logros: Acá, según Alvez, se incluye todo: mejorar económicamente, físico y emocionalmente, psíquicamente, etcétera. «Los logros ayudan a incrementar la autoestima e incluso se dice que los más importantes son aquellos que están alineadas con la personalidad, por ejemplo, metas que logren explotar nuestra creatividad o que nos hagan sentir mejores personas, dar felicidad también nos hace seres felices», concluyó la experta.