Mecanismo de Montevideo propone diálogo y mediadores para Venezuela

El Mecanismo de Montevideo, que Uruguay y México presentarán en una conferencia internacional con la Unión Europea (UE), supone una vía de diálogo para las partes enfrentadas en Venezuela y la participación de varios mediadores reconocidos, según una declaración conjunta.

«Los gobiernos de México, Uruguay y de los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) (…) proponemos el Mecanismo de Montevideo a partir de nuestro legítimo interés y disposición de contribuir a que el pueblo venezolano y los actores involucrados puedan encontrar una solución a sus diferencias», dice la declaración.

Tal mecanismo «se desarrollará en cuatro fases, durante un periodo razonable y previamente acordado por las partes: diálogo inmediato, negociación, compromisos e implementación», agrega.

Si las partes en Venezuela aceptan la propuesta, «invitaremos a la señora Rebeca Grynspan, exvicepresidenta de la República de Costa Rica y actual secretaria general iberoamericana, y a los señores excancilleres de Uruguay y México, Enrique Iglesias y Bernardo Sepúlveda, así como un alto representante de Caricom», sigue el texto, divulgado este miércoles en Montevideo por los ministros de Exteriores de México, Marcelo Ebrard, y de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa.

La iniciativa será detallada en una reunión con la UE, ocho países del bloque, Bolivia, Ecuador y Costa Rica, que estará presidida por la jefa de la diplomacia europea Federica Mogherini y el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez.

La primera fase, de diálogo inmediato, supone la «generación de condiciones para el contacto directo entre los actores involucrados, al amparo de un ambiente de seguridad», proponen Uruguay y México.

En la fase de negociación, se realizará una «presentación estratégica de los resultados de la fase de diálogo a las contrapartes, buscando puntos en común y áreas de oportunidad para la flexibilización de posiciones e identificación de acuerdos potenciales», agregan.

En el paso correspondiente a los compromisos, se abordará la «construcción y suscripción de acuerdos a partir de los resultados de la fase de negociación, con características y temporalidad previamente establecidas».

Y la implementación consistirá en la «materialización de los compromisos asumidos en la fase previa, con el acompañamiento internacional», reza la declaración.

Los dos gobiernos insistieron en que este mecanismo no supone condiciones para iniciar el diálogo, como la eventual celebración de elecciones presidenciales.

«Si pedimos elecciones en tal momento estamos imponiendo condiciones que dificultan el diálogo», justificó el ministro Nin Novoa en una rueda de prensa junto a su par mexicano.

Ebrard comentó por su parte que «esta es la propuesta que vamos a sostener y compartir con la UE; no creo que haya nadie que pueda sostener que no hay que comunicarse, porque sin comunicación entre las partes no hay nada».

La de este 7 de febrero será la primera reunión del Grupo de Contacto Internacional para Venezuela, que la UE busca instalar junto a ocho países europeos, además de Bolivia, Ecuador, Costa Rica y Uruguay.

México aclaró que no haría parte de ese grupo de contacto, aunque sí participará de la reunión.

Los términos de referencia del Grupo de Contacto Internacional no incluyen las palabras «diálogo» ni «negociación» y descartan expresamente la posibilidad de una «mediación».

En cambio, ponen énfasis en crear un «proceso político» que conduzca a la celebración de «elecciones libres».

La crisis venezolana se agravó el 10 de enero, cuando el presidente Nicolás Maduro asumió su segundo mandato, considerado ilegítimo por la oposición que juzga «fraudulentos» los comicios en los que fue reelegido.

Similar posición asumieron EEUU, varios países latinoamericanos y la UE.

El parlamento venezolano, de mayoría opositora, desconoció el mandato de Maduro y proclamó al titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente «encargado», apelando a un artículo de la Constitución que prevé esta figura.

Guaidó se autojuramentó presidente «encargado» el 23 de enero, y desde entonces lo han reconocido unos 50 países, con EEUU a la cabeza.

Su hoja de ruta consiste en la salida de Maduro de la presidencia, la instalación de un Gobierno interino y la celebración de elecciones.

Guaidó y la oposición que lidera agradecieron la «buena fe» de México y de Uruguay, pero se niegan a iniciar un nuevo diálogo con el Gobierno de Maduro, alegando que solo lo usará para ganar tiempo.

El presidente Maduro, por su parte, asegura que está en marcha un golpe de Estado encabezado por Washington.

Caracas se ha manifestado favorable a un nuevo proceso de diálogo.

Fuente;: Sputnik