La paz conseguida entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), así como las negociaciones vigentes con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), son un gran logro, pero paradójicamente pueden traer consecuencias negativas para el medio ambiente, de acuerdo con un estudio publicado en Science Daily.
«El acuerdo de paz, claro está, es bueno para Colombia. Sin embargo, tras el conflicto nosotros estimamos que aumente la degradación de los ambientes prístinos», explicó Daniel Ruiz Carrascal, coautor del estudio.
La principal preocupación radica en que los Gobiernos tienden a enfocarse en el crecimiento económico sin prestar atención a la protección del medio ambiente. La paz alcanzada abre el camino para un desarrollo industrial acelerado.
El equipo de científicos, liderado por Alejandro Salazar de la Universidad Purdue, enumeró en su estudio los riesgos vigentes para los ecosistemas de Colombia, el segundo país del mundo con la mayor diversidad biológica.
En Colombia se encuentra parte de la selva amazónica, sabanas abiertas y áreas montañosas de los Andes, además de ser el hogar del 10% de las especies de nuestro planeta, incluidos centenares de animales que no habitan en ningún otro lugar.
En algunas zonas, el conflicto preservó —involuntariamente— el hábitat de unos 51.000 tipos de plantas y animales. Las FARC preferían poblar las áreas rurales, pero, ahora, la paz contribuyó a que los guerrilleros se desplazaran a las ciudades. Paradójicamente, las condiciones socio-políticas favorables en la Colombia de hoy conllevan varios riesgos para las zonas que durante mucho tiempo han permanecido intactas.
En particular, el estudio destaca tres desafíos importantes:
La deforestación
La deforestación no es un problema nuevo para Colombia, pero se agudizó tras el cese de las hostilidades. El país está perdiendo más de 2.300 kilómetros cuadrados de selva al año, que están siendo sustituidos por pastizales, granjas y minas.
«Tristemente, hemos visto un incremento significativo de la deforestación de áreas prístinas y remotas que anteriormente eran controladas por las FARC», sostuvo Daniel Ruiz Carrascal.
El avance de las minerías
La minería —en particular la explotación de oro y esmeraldas— es una importante locomotora de la economía de Colombia y se espera que esta continúe creciendo en el futuro.
No obstante, la exploración de las riquezas minerales puede causar problemas medioambientales, recuerdan los científicos. Las selvas resultan talladas para dar paso a la construcción de carreteras y el traslado de los equipos mineros. Además, las actividades mineras ilegales o poco controladas a menudo contaminan el agua potable con ácido sulfúrico y cianuro.
Finalmente, producen un montón de basura rocosa y desechos industriales que pueden contaminar el medio ambiente con mercurio y otros metales tóxicos.
El omnipresente cambio climático
Si bien el efecto que la paz tiene sobre el cambio climático no está del todo claro, los científicos consideran que este será un problema crítico en Colombia, dado que los ecosistemas montañosos, abundantes en el país y en el continente suramericano, son particularmente vulnerables ante el calentamiento global.
Como ejemplo, los glaciares situados en las cimas de Andes están en deshielo. Esto pone en riesgo los suministros de agua potable para las comunidades que viven en las montañas y a sus pies.
Además, la subida de las temperaturas obliga a las especies nativas de los Andes a subir más alto en búsqueda de condiciones más frías. Llegará el momento en el que no tendrán adonde ir, advierten los investigadores.
Fuente: Sputnik