NEGOCIOS / DURANTE SU CAMPAÑA ELECTORAL DONALD TRUMP JURÓ QUE EE.UU VOLVERÍA A SER «GRANDE DE NUEVO»: ACÁ LOS FRENTES DE LAS GUERRAS COMERCIALES DE TRUMP AL DETALLE

Durante su campaña electoral, Donald Trump juró que EEUU volvería a ser «grande de nuevo», prometió sacar al país de todos y cada uno de los acuerdos comerciales que él considerara desleales y nivelar el equilibrio comercial con todos y cada uno de sus socios.

Y lo más terrible para sus detractores es que el mandatario cumple con sus promesas.

Trump ha sacudido los cimientos del comercio mundial al romper acuerdos e imponer aranceles a amigos y enemigos por igual. Esos países han respondido con mayores tasas de importación sobre los productos estadounidenses, empujando al mundo a una guerra comercial total.

Sputnik te ofrece un repaso de los principales enfrentamientos comerciales en los que se ha visto inmerso EEUU tras la entrada de Trump a la Casa Blanca.

TPP

Tan pronto como Trump tomó el timón de la mayor economía del mundo, demostró ser un hombre de palabra. Durante su primera semana en el cargo, como parte de su agenda ‘EEUU primero’, el presidente abandonó el pacto comercial de 12 naciones conocido como Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés).

Una vez fuera EEUU, el TPP es integrado por México, Perú, Chile, Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Singapur, Vietnam y Brunéi
© AP PHOTO / ESTEBAN FELIX
Una vez fuera EEUU, el TPP es integrado por México, Perú, Chile, Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Singapur, Vietnam y Brunéi
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Y es que, como ya dijo el mandatario en los debates presidenciales, «el acuerdo transpacífico fue diseñado para que China ingrese, como siempre hace, por la puerta trasera y tome una ventaja total sobre los demás».

Además de EEUU, el TPP había sido firmado por México, Perú, Chile, Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Singapur, Vietnam y Brunéi.

El temor de Trump, sin embargo, proviene de otro flanco. Se trata del Partenariado Económico Comprehensivo Regional (PECR), un acuerdo de libre comercio que además de a los grandes jugadores del TPP como Australia, Japón o Malasia, incluye también a otros gigantes del sudeste asiático como China, Corea del Sur, la India o Indonesia. Esto hizo que Trump viera cómo sus compañeros del TPP podrían ser influenciados por sus rivales económicos.

«Si nos fijamos, veremos la forma en que China, la India y casi todos se aprovechan de Estados Unidos. China en particular, porque son tan buenos… Es el principal abusador de este país. Y si nos fijamos en la forma en que se aprovechan, es a través de la manipulación de divisas. Eso ni siquiera se discute en el acuerdo de casi 6.000 páginas», aseguró Trump a la hora de justificar su decisión.

No obstante, en Washington hay quienes apuntan a que es justamente la salida del Tratado Transpacífico lo que ha perjudicado las posiciones de EEUU en la región y beneficiado a su mayor contrincante económico, China.

«La aparente retirada de EEUU del orden global liberal que creó ha dejado un vacío de liderazgo que beneficia a China», señala una nota al respecto publicada por Brown Brothers Harriman.

Pekín ya es el socio comercial más importante para la mayoría de los países asiáticos, pero está aumentando gradualmente su influencia política y económica al liderar proyectos que tienen un impacto en la región. Este es el caso del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura o la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda.

TTIP

La Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés) fue la siguiente ‘víctima’ del mandatario estadounidense. Este tratado había sido negociado entre EEUU y la UE desde 2013, durante la presidencia de Obama.

Poco después de asumir el cargo, Trump suspendió las conversaciones sobre el acuerdo, alegando que el tratado internacional perjudicaba a los trabajadores estadounidenses y a la competitividad del país. El nuevo presidente fue todavía más lejos y recuperó una de sus principales promesas de la campaña electoral: anunció la imposición de fuertes aranceles a la importación de acero (25%) y aluminio (10%) para proteger la industria americana.

Bruselas calcula que esta medida ha provocado pérdidas por valor de 6.400 millones de euros anuales, al tiempo que decidió imponer aranceles por un valor similar a una gran parte de productos de EEUU. Como respuesta, Trump no se quedó quieto y amenazó con imponer tasas aduaneras de un 20% a los vehículos provenientes de la UE.

El intercambio de amenazas no cesó hasta que el jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, visitó Washington. Durante la reunión en la Casa Blanca, ambas partes acordaron reducir los aranceles industriales a cambio de aumentar las exportaciones estadounidenses de Gas Natural Licuado (GNL) y soja a Europa.

Washington y Bruselas anunciaron planes para reiniciar las negociaciones para un acuerdo similar al TTIP. Sin embargo, este último también tiene sus detractores en el propio Viejo Continente.

TLCAN

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) incluye a las economías de Canadá, EEUU y México en un área común sin barreras aduaneras. Este tratado también fue puesto en cuestión por Trump durante su campaña electoral, cuando prometió renegociarlo por completo o abandonarlo.

En julio de 2017, la oficina del representante de Comercio de EEUU, Robert Lighthizer, publicó una lista de prioridades para cambiar el tratado. Se trata de un resumen detallado de los objetivos que perseguirá Washington para eliminar lo que considera subsidios injustos, prácticas que distorsionan el mercado y restricciones a la propiedad intelectual.

«El nuevo TLCAN debe seguir eliminando barreras a las exportaciones estadounidenses, esto incluye la eliminación de subsidios injustos, prácticas que distorsionan el mercado por parte de empresas estatales y gravosas restricciones a la propiedad intelectual», resume el documento publicado por la oficina del representante comercial estadounidense, Robert Lighthizer.

Mientras las partes implicadas en el acuerdo se lo pensaban, la Administración Trump optó por tratar de convencer a sus vecinos con aranceles sobre las exportaciones de acero y aluminio. La medida entró en vigencia el 1 de junio y ya para mediados de julio las delegaciones de Ciudad de México, Ottawa y Washington comenzaron las negociaciones.

Además de un arancel sobre la importación de metales, EEUU introdujo aranceles a la exportación de hasta el 24% sobre la madera canadiense. La medida, que entró en vigencia en abril de 2017, apunta a corporaciones forestales como West Fraser Mills, Tolko Marketing and Sales, JD Irving, Canfor Corporation y Resolute FP Canada. Según la Casa Blanca, estas empresas madereras son subsidiadas por el Gobierno de Ottawa, lo que considera injusto.

Los aranceles al acero y el aluminio siguen siendo el único bloqueo comercial de EEUU contra su vecino del sur. Sin embargo, el mandatario estadounidense ha criticado reiteradamente a las empresas canadienses por localizar sus plantas de producción en México. Durante su campaña electoral, Trump se comprometió a imponer aranceles de entre el 15 y el 35% para las empresas que trasladaran sus operaciones a México.

El secretario de Exteriores de México, Luis Videgaray (izda.), el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo (dcha.), y la ministra de Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, después de una conferencia dedicada a la renegociación del TLCAN celebrada en la ciudad de México el 25 de julio de 2018
© AP PHOTO / MARCO UGARTE
El secretario de Exteriores de México, Luis Videgaray (izda.), el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo (dcha.), y la ministra de Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, después de una conferencia dedicada a la renegociación del TLCAN celebrada en la ciudad de México el 25 de julio de 2018
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China

La batalla comercial de Trump contra Pekín ha sido la más feroz. Comenzó a finales de enero con Washington imponiendo aranceles del 30% a las exportaciones chinas de paneles solares y del 20% sobre las importaciones de lavadoras. Más tarde, como «respuesta a las prácticas comerciales desleales de China a lo largo de los años», Washington impuso un arancel del 25% sobre más de 1.300 productos chinos, incluidos televisores de pantalla plana, dispositivos médicos, piezas de aviones y baterías, entre otros.

En respuesta, las autoridades chinas impusieron aranceles que van del 15 al 25% sobre 128 productos que importa desde EEUU. La lista incluía aluminio, aviones, automóviles, carne de cerdo y soja, así como frutas, nueces y tuberías de acero.

El combate siguió, y en julio la Administración Trump introdujo aranceles del 25% sobre productos chinos con un valor de 34.000 millones de dólares. Pekín inmediatamente impuso medidas simétricas sobre las importaciones estadounidenses y una segunda ronda de aranceles sobre las importaciones por valor de 16.000 millones de dólares entró en vigor a principios de este mes.

Fuente: Sputnik