PELIGRO INMINENTE: LA INDUSTRIA NUCLEAR DE EE.UU PODRÍA ESTAR AL BORDE DEL COLAPSO

La industria nuclear de EEUU podría estar al borde del colapso. Sus reactores nucleares están al final de su vida útil y no son eficientes, según un informe elaborado por investigadores del Departamento de Ingeniería y Políticas Públicas de la Universidad Carnegie Mellon y de las de Harvard y California en San Diego.

Los resultados de la investigación, que ha sido publicada en la Academia Nacional de Ciencia de EEUU bajo el título » US nuclear power: The vanishing low-carbon wedge» —’El poder nuclear de EEUU: la oportunidad baja en carbono que se desvanece’—, se basan en el análisis al que se sometieron 99 reactores nucleares controlados por 30 empresas de 30 estados del país.

A fecha de 2017 son 34 los reactores a los que se les ha echado el cierre al alcanzar su vida útil, y solo se están construyendo dos nuevos. Y ello en un momento en el que resulta más acuciante que nunca atajar la cuestión del cambio climático, advierte el informe.

La flota de reactores nucleares de Estados Unidos la constituyen grandes reactores nucleares de agua ligera (‘LWR’, por sus siglas en inglés). Durante las últimas tres décadas, el 20% de la energía que genera Estados Unidos ha venido de estos reactores, ahora desfasados y cuyo mantenimiento y reacondicionamiento resultan excesivamente caros. Sobre todo si se comparan con el gas natural, mucho más barato.

«Estamos dormidos al volante en una autopista muy, muy peligrosa (…) De verdad, necesitamos abrir los ojos y estudiar la situación», alerta Ahmed Abdulá, docente en la Escuela de Estrategia y Políticas Globales de la Universidad de California en San Diego y uno de los autores del informe.

Símbolo de amenaza nuclear

El resto de investigadores advierte de que el auge de la industria de esquisto estadounidense —muy contaminante— podría llevar a que un número nada desdeñable de centrales nucleares echara el cierre durante los próximos años. Explican que el país está en una seria encrucijada: o abandona por completo la energía nuclear o adopta la próxima generación de reactores modulares pequeños, más eficientes y cuyo coste es considerablemente inferior.

Los autores del estudio advierten de que se ha llegado a ese dilema no por las carencias de Estados Unidos en materia técnica, sino por falta de voluntad.

«Sorprende que una de nuestras mejores armas para luchar contra el cambio climático esté en riesgo de sufrir un profundo colapso por culpa de los retos políticos y económicos que tenemos delante, y no por los técnicos», denuncia Adbulá.

Debido a cómo está montado el mercado energético, los investigadores no están convencidos de que la energía nuclear vaya a ser competitiva en el futuro. Al mismo tiempo que se están dedicando esfuerzos a mejorar la capacidad de las baterías eléctricas que se utilizan para almacenar las energías solar y eólica, también se está impulsando mucho el gas natural.

A fecha de 2018, los combustibles fósiles son los responsables del 32% de la energía que consume Estados Unidos. Así que, en caso de que el colapso de la industria nuclear estadounidense acabe siendo una realidad, los investigadores dudan de que los beneficios de las energías renovables vayan a ser suficientes para cubrir el vacío.

«La realidad es que no puedes reemplazar el 20% de la demanda con energía solar y eólica, a menos que quieras empapelar cada centímetro de estado [con paneles solares] (…) No es suficientemente eficiente», advierte Christian Back, vicepresidente del Departamento de Tecnologías y Materiales Nucleares de la empresa estadounidense General Atomics.

De ahí que las conclusiones del informe sean tan claras y premonitorias: «Debería ser motivo de gran preocupación para aquellos a quienes les preocupe el cambio climático que, por problemas predecibles que tienen solución, Estados Unidos las tenga todas consigo para perder su poder nuclear y, por tanto, un filón de energía renovable y baja en carbono en las décadas venideras».