Los científicos de todo el mundo han intentado desvelar en numerosas ocasiones por qué algunos futbolistas tienen más éxito que otros y qué hace falta tener para ser un magnífico jugador. Según sus estudios, el talento y la fortuna no suelen bastar.
Hace años que los investigadores se interesan por este asunto. Y han llegado a una conclusión: para ser un gran jugador, hay que ser inteligente.
Los neurobiólogos suecos examinaronen 2014 a dos destacados futbolistas españoles: Xavi Hernández y Andrés Iniesta. Ambos participaron en un test que debía valorar sus capacidades a la hora de planificar sus acciones y tomar decisiones según la situación.
Iniesta consiguió unos resultados increíbles en las pruebas que requerían capacidades analíticas y control inhibitorio —habilidad para separar la información necesaria de la colateral—. Xavi, por su parte, mostró unos brillantes resultados en las pruebas de lógica, imaginación y capacidad de pensar en varias cosas a la vez.
El examen de los futbolistas españoles formó parte de una gran investigación del equipo científico sueco liderado por Predrag Petrovic.
Fue en vísperas de la Eurocopa de 2012 cuando los neurobiólogos publicaron un artículo en el que por la primera vez obtuvieron pruebas de que la eficacia de un futbolista depende de su «inteligencia de juego», que le permite estar en el lugar correcto en el momento preciso.
Para llegar a esta conclusión, los científicos organizaron exámenes de 57 jugadores suecos para valorar sus capacidades de tomar decisiones en ‘modo multitarea’ y bajo presión emocional. El estudio demostró que los futbolistas resuelven este tipo de problemas de una manera más rápida que la gente ordinaria.
El profesor de la Universidad de Montreal (Canadá) Jocelyn Faubert llevó a cabo en 2013 un estudio parecido encuestando a varios deportistas, aficionados al deporte e hinchas. Su equipo científico también llegó a la conclusión de que los deportistas tenían una buena inteligencia de juego, hecho que les permitía procesar mucha información a pesar de los esfuerzos físicos.
Entonces, si para estar en buena forma física hace falta entrenarse, cabe suponer que el cerebro del deportista también necesita entrenamiento.
Para ello, un grupo de científicos israelíes ofreció un programa destinado a mejorar la inteligencia de los futbolistas. El programa se basó en una aplicación creada para el entrenamiento de pilotos estrenada en 1994.
Desde entonces, varias empresas informáticas se han encargado de desarrollar programas similares, aunque su eficacia todavía no ha recibido reconocimiento académico.
Fuente: Sputnik