Foto: Domingo de Tianguis en Cuetzalan (estado de Puebla), MéxicoEneas de Troya/Flickr
México está atrapado en la trampa del bajo crecimiento, lo que no hace sino agravar la pirámide de los varios méxicos en un sólo territorio. Las elecciones generales del 1° de julio son terreno fértil para todo tipo de promesas. Los mexicanos exigen verdaderos cambios.
Las cifras hablan más que cualquier promesa. Desde el 2001 el promedio de crecimiento de la economía mexicana es de 2,2%. El Partido Acción Nacional (PAN) gobernó desde el 2001 y hasta el 2012, y después tocó su turno al Partido Revolucionario Intsitucional (PRI).
Al inicio de su presidencia Enrique Peña Nieto impuso una serie de reformas en sectores clave como el energético, la electricidad, telecomunicaciones, educación, financiera, entre otras. La apertura de sectores estratégicos como el petróleo o la electricidad, así como un ambicioso programa de infraestructuras impulsó la llegada de la Inversión Extranjera Directa (IED). Más de 170 mil millones de dólares llegaron al país entre 2012 y 2017, aunque sus efectos son muy desiguales.
Un bajo crecimiento económico no puede sino generar bajos niveles de empleo de calidad. En los últimos años aumentó el empleo que paga menos de 5 salarios mínimos (uno de los más bajos de América Latina), al tiempo que desaparecieron más de 1,8 millones de puestos de ocupación que pagan más de 5 salarios mínimos. La precarización laboral no disminuye y más 53 millones de personas (43% de la población) laboran en el sector informal de la economía.
Entrevistados: Arturo García, miembro de un grupo musical en Zacatecas, Miguel Angel, dueño de una estética, Juan Francisco Valerio Quintero, Profesor emérito de la Escuela de Economía de la Universidad de Zacatecas, Francisco Baltasar, comerciante y artesano, Federico Mastrogiovanni, responsable del programa prensa y democracia de la Universidad Iberoamericana
Fuente: RFI