Un pequeño ejemplar de ballena piloto murió pese a los esfuerzos de un equipo de veterinarios por salvarlo, después de vomitar cinco bolsas.
Una ballena ha muerto en Tailandia después de haber ingerido más de 80 bolsas de plástico, lo que vuelve a poner sobre la mesa el grave problema de la basura en los océanos del mundo.
El cetáceo —un pequeño macho de ballena piloto— fue encontrado el lunes moribundo en un canal de la provincia sureña de Songkhla. Pese a los esfuerzos de un equipo de veterinarios que hicieron todo lo posible salvarlo, el animal murió el pasado vienes tras vomitar cinco bolsas.
LAS SIGUIENTES IMÁGENES PUEDEN HERIR SU SENSIBILIDAD.
La autopsia reveló que el estómago del cetáceo estaba obstruido por 80 bolsas de plástico y otros artículos de un peso total de 8 kilos.
«Si tienes 80 bolsas de plástico en el estómago, mueres»
Thon Thamrongnawasawat, biólogo marino y profesor de la Universidad Kasetsart, explicó en declaraciones a Sky News que las bolsas dificultaban a ballena realizar sus funciones digestivas normales. «Si tienes 80 bolsas de plástico en el estómago, mueres», afirmó.
Thamrongnawasawat subrayó que al menos 300 animales marinos, incluidos calderones, tortugas marinas y delfines, mueren en aguas tailandesas cada año por culpa del plástico. «Es un gran problema. Usamos mucho plástico «, se lamenta el biólogo.
Por su parte, el jefe del Departamento Marítimo y Costero de Tailandia, Jatuporn Buruspat, señaló a Reuters que su departamento utilizará este incidente para hacer campaña a favor de imponer controles más estrictos sobre el uso del plástico en el país. «Utilizaremos el caso de la ballena e invitaremos a todos los sectores a mostrar sus intenciones sobre cómo reducir el uso del plástico en Tailandia», adelantó.
- Según la ONG Plastic Oceans, cada año se producen 300 millones de toneladas de plástico, destinándose la mitad de ese volumen a un solo uso. Más de ocho millones de toneladas de plástico se vierten en los océanos anualmente.
- En medio del océano Pacífico existe una ‘isla’ de basura que a finales de marzo ya era casi del tamaño de México y aumentaba «exponencialmente».