Los autores enumeran una serie de temas que de momento no tienen respuesta como qué especie animal se convirtió en el portador intermediario del SARS-CoV-2 y cuándo infectó por primera vez a los humanos, dónde se localizó el reservorio viral y cómo adquirió el coronavirus sus características genéticas únicas.
«Basándonos en el análisis de la información disponible públicamente, parece razonable concluir que la pandemia de COVID-19 es muy probable que haya sido el resultado de un incidente relacionado con una investigación», precisaron a tiempo de señalar que la nueva información que se publique y esté disponible para su verificación «podría cambiar esta evaluación».
EEUU ha afirmado en repetidas ocasiones que el COVID-19 se originó en un laboratorio de Wuhan, en China, pero Pekín niega estas acusaciones.
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En agosto de 2021, la inteligencia estadounidense descartó la posibilidad de que coronavirus fuera creado como arma biológica. Asimismo, aseguró que las autoridades chinas «no tenían conocimiento previo del virus antes del brote de COVID-19». Sin embargo, el organismo calificó la hipótesis del origen artificial como «plausible».