El escarnio contra la actriz, que se encuentra en Madrid rodando la película Objetos junto a Álvaro Morte, motivó la reacción de mujeres feministas argentinas que aprovecharon la ocasión para recordar que utilizar motes como ‘zorra’ o ‘robamaridos‘ es el reflejo del machismo ante una infidelidad.
La periodista argentina especializada en género Luciana Peker ha intentado dar una explicación de por qué la condena social parece recaer mucho más en Suárez que en Icardi.
La periodista insistió en que «una mujer no roba a un marido, en principio, porque los hombres no son una pertenencia. No solo por respeto a las mujeres, sino por respeto a ellos, que no son objetos inanimados —como una caja fuerte— que se dejan saquear sin que su deseo o decisión pulse enter o dé la clave para abrir su cuerpo o su corazón».
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La también periodista argentina Mariana Carbajal aportó, en el diario argentino Página 12, un ‘decálogo para seguir el escándalo’ sin caer en posturas machistas. El primer punto recuerda que «no hay ‘robamaridos'».
Carbajal señaló que «hay mujeres para las cuales que un hombre esté casado no implica un límite» pero eso no implica que sean «zorras».
«Son mujeres con los mismos códigos de hombres para los cuales que una mujer esté casada no implica un límite», escribió.
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¿La ‘China’ Suárez padece el síndrome de Fortunata?
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La extensa cobertura mediática del escándalo también tuvo a psicólogos intentando analizar lo sucedido y vinculando la reiteración de triángulos amorosos en la vida de la ‘China’ Suárez con lo que llaman Síndrome de Fortunata.
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La psicóloga y comunicadora argentina Carolina Sorondo explicó, en el programa A la tarde de América TV, que las personas que padecen este tipo de síndromes «atraviesan una gran y fuerte dependencia emocional de un objeto deseado hacia alguien prohibido».