¿Sarampión, varicela o rubéola? Así podrás distinguirlas

En lo que va de 2019 los casos de sarampión en el mundo se han cuadruplicado en relación al mismo periodo del año anterior, según advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sólo en África el aumento fue de 700%.

En América Latina, países como Brasil que ostentaban el título de territorio libre de sarampión, comenzaron a reportar casos autóctonos y ya cuenta con más de 1500 afectados.

El ministerio de Salud de Uruguay declaró el segundo caso de sarampión en una mujer que había viajado a Tailandia. Con anterioridad, se había detectado la enfermedad en otra mujer que viajaba en barco de Buenos Aires a Montevideo y fue contagiada por un ciudadano ruso.

Otros brotes se han confirmado en Argentina, después de 18 años, Colombia, Paraguay y Venezuela. Desde la OPS alegan que el regreso de la enfermedad tiene relación con los movimientos antivacunas que han tomado fuerza en los países europeos.

En 2016, un Comité Internacional de Expertos había declarado a América como la primera región del mundo libre de sarampión, y de rubéola en 2015. Ante este resurgir, te contamos qué distingue al sarampión de otras infecciones víricas como la varicela y rubéola.

Sarampión

En los niños esta enfermedad inicia con fiebre alta, de 39 a 40 grados durante al menos tres días, y tiene asociada tos, mocos y una especie de conjuntivitis. Los granos del sarampión suelen afectar las palmas de las manos y las plantas de los pies, y no se blanquean cuando apretamos la piel que los rodea, de acuerdo con el sitio GuíaInfantil.

Ademá en el caso de sarampión no hay picor en la piel, aunque pueden aparecer manchas de color blanco en la boca, llamadas manchas de Koplik. Estas manchas suelen aparecer en el décimo día de la enfermedad y afectan la mucosa oral en la cara interna del carrillo y a nivel del segundo molar superior.

Esta enfermedad, aunque es viral, puede presentar como complicación una neumonía, aunque esto solo sucede en un pequeño porcentaje de la población infectada. En raras ocasiones afecta el sistema nervioso central.

Rubéola

En el caso de la rubéola, la fiebre no es tan alta como en el sarampión y el paciente suele presentar síntomas muy confusos como un cuadro similar a la gripe pero sin mucosidad ni dolor muscular. También puede verse un aumento del tamaño de los ganglios linfáticos que están detrás de las orejas y en la nuca.

Los granos de la rubéola son más bien manchas en la piel de color rosado, pueden producir picor y casi siempre comienzan en la cara.  A medida que pasan los días, estas se extienden hacia el pecho, abdomen y miembros inferiores.

En esta enfermedad, las complicaciones son poco frecuentes, aunque puede haber alguna afectación neurológica y el desencadenamiento de una artritis. Algunas embarazadas pueden presentar una rubéola congénita, sobre todo aquellas que no han sido vacunadas.

Varicela

La varicela tiene más en común con la rubéola, ya que la fiebre tampoco suele ser muy alta. No obstante, en esta enfermedad las lesiones de la piel pican mucho más y suelen ser necesario el uso de antialérgicos.

Los signos en la piel suelen ser bastante heterogéneos, ya que algunas personas presentan manchas, granos, vesículas, pústulas y hasta costras, además que abarcan todo el cuerpo.

Las personas infectadas con varicela pueden sufrir la sobreinfección por bacterias de las lesiones cutáneas. Además el sistema nervioso central puede verse afectado y es importante administrar antialérgicos orales para controlar el picor.