Vicepresidenta uruguaya estima que solución para Venezuela requiere elecciones generales

La solución a la crisis venezolana requiere la celebración de elecciones presidenciales y legislativas a corto plazo y bajo la conducción de un Gobierno interino sin ninguna de las figuras que dominan el escenario político, dijo a Sputnik la vicepresidenta de Uruguay, Lucía Topolansky.

por Socio informativo
Agencia de Noticias Sputnik

«La idea es poder generar un escenario donde haya elecciones totales, es decir Legislativo y Ejecutivo; tiene que ser en un plazo relativamente corto y en ese plazo tiene que haber un Gobierno provisorio, pero que no puede ser ni de (Nicolás) Maduro ni de (Juan) Guaidó, tiene que ser de algún ministro de la Corte, una cosa así, esas cosas pasan en el mundo», dijo Topolansky.

Uruguay lanzó en febrero junto con México el Mecanismo de Montevideo para promover un diálogo entre las partes, pero sin establecer de antemano la obligación de elecciones.

El Gobierno uruguayo de Tabaré Vázquez también lidera la iniciativa del Grupo de Contacto Internacional (GCI) junto a la Unión Europea, que procura promover un proceso para la solución de la crisis, pero mediante «elecciones presidenciales libres y creíbles».

Al ser consultada sobre las reacciones de las partes enfrentadas en Venezuela ante la propuesta de elecciones, la vicepresidenta y también presidenta del Senado uruguayo dijo que hubo «reuniones con el oficialismo y la oposición, y siempre estamos esperando los retornos».

«Estas cosas no son en media hora, si las partes nos dan el ok, estos grupos (el Mecanismo de Montevideo y el GCI) serían los garantes de que esto transite civilizadamente y que después todo el mundo esté dispuesto a aceptar el resultado», añadió.

«Sin proscritos ni presos políticos»

Esas elecciones generales se celebrarían «con la participación de todos los partidos que hay en la realidad venezolana, sin presos políticos, sin proscritos, y supervisadas por Naciones Unidas y si fuera el Consejo de Seguridad, mejor», sostuvo.

Asimismo dijo que Uruguay entiende que «el único autorizado para esa supervisión son las Naciones Unidas porque la OEA (Organización de los Estados Americanos) ha tomado partido» por una de las partes, en este caso por el líder opositor Guaidó.

El GCI, del que también hacen parte Alemania, España, Francia, Italia, Reino Unido, Portugal, Holanda, Suecia, Ecuador, Bolivia y Costa Rica, se reunirá este jueves en Quito.

Sanciones al Bandes Uruguay

El Departamento del Tesoro de EEUU sancionó al estatal Banco Nacional de Desarrollo de Venezuela (Bandes), a dos subsidiarias locales y a sus filiales en Uruguay y en Bolivia.

Al respecto, Topolansky dijo a Sputnik que la sanción al Bandes Uruguay «aparentemente influye en lo que son los giros al exterior, es en lo único que influiría, pero no en la operativa nacional».

La senadora del gobernante Frente Amplio (centroizquierda) afirmó que contra Venezuela «hay un cerco económico que perjudica al pueblo venezolano y después empieza a haber un cerco institucional».

La vicepresidenta se refería al incidente desatado por la decisión que tomó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de excluir a los representantes del Gobierno de Nicolás Maduro y reconocer a un enviado de Guaidó.

«Sin reunir la asamblea de delegaciones del BID, se saca a la delegación oficial y se introduce la delegación del presidente autoproclamado y eso provoca que la reunión de gobernadores del BID, que se iba a hacer en China, China no autoriza la visa del representante de Guaidó, entonces la reunión se suspende», comentó Topolansky.

El 5 de enero pasado, Guaidó fue elegido presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, parlamento unicameral de mayoría opositora en desacato desde 2016.

El 23 de enero, dos días después de que el Tribunal Supremo anulara su designación, el diputado se autoproclamó «presidente encargado», apelando a un artículo de la Constitución que prevé la figura en caso de que exista un vacío de poder, pero no bajo el argumento de «usurpación del cargo», como alegó Guaidó.

Maduro, quien asumió su segundo mandato el 10 de enero tras unas elecciones en las que la oposición se negó a participar alegando falta de garantías, calificó la declaración de Guaidó de intento de golpe de Estado.

El presidente responsabilizó a EEUU de orquestar esa operación.

Guaidó ha sido reconocido por unos 50 países, encabezados por EEUU.

Mientras, Maduro sigue siendo apoyado por Rusia, China, Cuba, Bolivia, Irán y Turquía, entre otros.