SALUD / TARDAR EN CONSEGUIR EL EMBARAZO CON TRATAMIENTO DE FERTILIDAD PODRÍAN AFECTAR AL RIESGO DE ASMA EN LOS HIJOS 

Este es un estudio observacional, y como tal, no se puede establecer la causa

Un periodo largo de tiempo hasta la concepción y el uso de tratamiento de fertilidad podrían afectar al riesgo de asma del niño y este riesgo parece aumentar a la par con el número de abortos espontáneos previos al inicio del embarazo de la madre. Esto sugiere que los factores comunes que subyacen en la baja fertilidad o fertilidad deficiente y los abortos espontáneos recurrentes pueden ser influyentes, según los autores de un estudio.

Investigaciones previas sugieren que los niños concebidos con la ayuda del tratamiento de fertilidad, conocido como tecnologías de reproducción asistida (ART, por sus siglas en inglés), pueden ser más propensos al asma. Pero no está claro si los procedimientos ART en sí mismos o factores aún no identificados asociados con la baja fertilidad pueden estar detrás de este mayor riesgo.

Para tratar de averiguarlo, investigadores vincularon datos de nacimientos y recetas de los registros nacionales de salud de Noruega (con un total de 474.402 niños nacidos entre 1998 y 2009) y del Estudio noruego de cohortes de madres y niños (75.797 niños).

Los datos incluyeron información sobre el tratamiento de fertilidad; el tiempo de concepción; el número y el tiempo de cualquier aborto involuntario anterior; y los factores potencialmente influyentes, como la edad materna, el asma, fumar y el peso durante y antes del embarazo.

El asma infantil se definió como el uso de medicamentos para el asma en los 12 meses anteriores cuando el niño tenía 7 años. Teniendo en cuenta esta definición, un poco más del 4 por ciento de los niños en el grupo de registros (20.189) y el análisis de madre e hijo (3.229) padecían asma.

Un 42 por ciento más de asma en niños concebidos mediante tratamiento

Los niños en el grupo de registros presentaban más factores de riesgo para el asma que aquellos en el estudio de la madre y el niño: tenían más probabilidades de haber nacido temprano o de tamaño pequeño; y ser hijos de madres más jóvenes, que fumaban y sufrían asma. Pero los niños en cualquiera de los grupos que habían sido concebidos con la ayuda de un tratamiento de fertilidad registraban hasta un 42 por ciento más de probabilidades de tener asma.

Cuando se comparó a estos niños con aquellos cuyos padres habían concebido espontáneamente después de más de 12 meses, tenían un 22 por ciento más de probabilidades de tener asma. Esto sugiere que una fertilidad más pobre no explica por sí misma completamente el mayor riesgo de asma observado entre los niños concebidos con la ayuda del tratamiento de fertilidad, y que los aspectos de la ART pueden tener un papel, dicen los investigadores.

El número de abortos involuntarios previos también se asoció con un riesgo mayor de asma, que aumentó del 7 por ciento en el caso de uno al 24 por ciento para tres o más, aunque esto solo se observó en el aborto espontáneo durante las primeras 12 semanas de embarazo, según las conclusiones del estudio, realizado por el Centro de Fertilidad y Salud del Instituto Público de Salud de Noruega, en Oslo, Noruega.

Este es un estudio observacional, y como tal, no se puede establecer la causa; por lo que se requiere más investigación, pero sus hallazgos se parecen a los de estudios anteriores, según los autores. Y hay explicaciones potencialmente plausibles. Varios procedimientos relacionados con la terapia ART podrían afectar al desarrollo embrionario y natural del desarrollo fetal: por ejemplo, los medicamentos utilizados para inducir la ovulación y mantener el embarazo; la congelación y descongelación de embriones fertilizados; el ambiente hormonal; u la manipulación embrionaria, sugieren.

Y el sistema inmunológico también podría tener un papel. “Proponemos que los mecanismos inmunológicos comunes pueden sustentar plausiblemente el mayor riesgo de asma que observamos entre los hijos de madres que sufren sub-fertilidad y abortos involuntarios, ya que los mecanismos inmunológicos contribuyen tanto a los problemas para concebir como a las pérdidas repetidas de embarazos”, escriben.