CIENCIA / ¿CÓMO FUNCIONAN LOS PRESENTIMIENTOS Y CÓMO SE DEBEN UTILIZAR?

A veces la intuición le permite a uno tomar la decisión correcta, resolver una situación complicada o incluso salvar su vida. Pero otras veces el ‘sexto sentido’ miente o simplemente está callado. Te explicamos cómo funcionan los presentimientos y cómo se deben utilizar.

Curiosamente, a menudo la intuición se pone en marcha en situaciones cotidianas. Por ejemplo, los deportistas suelen aprovechar la intuición a la hora de tomar rápidas decisiones.

En realidad, no es que la solución nazca súbitamente en sus mentes, sino que su cerebro guarda recuerdos de los entrenamientos y los numerosos juegos anteriores. Por ejemplo, cuando uno juega al ajedrez, su memoria vincula la situación sobre el tablero con los partidos anteriores y toma la decisión idónea.

Si una situación parecida no está guardada en la memoria, el ajedrecista tiene que pensar y analizarla por su cuenta.

La intuición humana siempre funciona de esta manera y reside en la capacidad de tomar decisiones a partir de la experiencia anterior.

¿Cómo funciona la intuición desde la perspectiva científica?

Primero, el cerebro humano procesa toda la información obtenida por los órganos sensoriales y busca  coincidencias en la experiencia. Ese proceso transcurre en la estructura del cerebro llamada hipocampo.

Más tarde, el resultado se transmite al cuerpo amigdalino, que se encarga de las emociones y ayuda a tomar decisiones. Si la memoria guarda recuerdos relevantes, la persona experimenta el famoso sexto sentido.

Las mencionadas zonas del cerebro se encuentran muy cerca una dela otra, y por lo tanto, intercambian señales de forma muy rápida, así que los procesos son totalmente subconscientes.

Es decir, la intuición es la habilidad de actuar basándose en la información que el cerebro ya ha procesado, pero todavía no ha racionalizado.

¿Cómo y cuándo hay que usar el sexto sentido?

En realidad, la mayoría de las decisiones cotidianas se adoptan a partir de la experiencia y sin pensar.

No obstante, en algunas ocasiones, el sexto sentido puede fallar, en particular, en situaciones desconocidas. Además, en estos casos, una decisión poco segura es confiar en el comportamiento gregario: la opinión de la mayoría no es siempre correcta.

El mejor ámbito para aplicar la intuición es aquel que uno conoce hace mucho, por ejemplo, el trabajo o una antigua afición. No obstante, hay que tener cuidado al extrapolar la experiencia especializada a otros ámbitos.

Por lo tanto, cuando se trata de situaciones poco conocidas, los científicos aconsejan no confiar en presentimientos, sino pensar bien y consultar con otras personas.